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Posts Tagged ‘Fábula’

El grifo, del griego γρυφος (gryphos), era un animal fabuloso, mezcla de águila y león.

Este adjetivo calificativo se aplica a todo aquello que presenta características de ‘maravilloso, fantástico, extraordinario, excesivo o increíble’, como suele ocurrir con las aventuras y los hechos narrados en las fábulas o los seres imaginarios que allí suelen aparecer.

La palabra fabulosus ya existía en latín para calificar algo que era ‘objeto de muchas fábulas’, pero debemos tener en cuenta que, para los romanos, fabula significaba ‘habladuría, rumor, conversación de la gente’, como en la frase Per urbem fabula quanta fuit! (¡Lo que he dado que hablar en la ciudad!). En latín, fabulari significaba ‘hablar, conversar’, derivado de fari ‘hablar’, con origen en el indoeuropeo pha- ‘hablar’. Fabulari llegó al español como fablar y, más tarde, mediante el cambio de la f por h, se convirtió en nuestro actual hablar.

«Pves que auemos y hablado delos dados lo mas complidamientre que pudiemos; queremos agora aqui fablar delas tablas. que como quier que ayan mester dados con que se iueguen que muestran uentura por que ellas se an de iogar cuerdamientre». (Alfonso X el Sabio: Libro de ajedrez, dados y tablas).

Sin embargo, el sentido de ‘relato ficticio con intención didáctica’ que damos a fábula en el español actual, también se vincula con el latín, puesto que en esta lengua, además de ‘habladuría’, significaba ‘cuento, o narración’. Corominas, no obstante, afirma que fábula es un duplicado culto de habla, registrado en el castellano del siglo XV, igual que fabuloso.

Este adjetivo calificativo se aplica a todo aquello que presenta características de ‘maravilloso, fantástico, extraordinario, excesivo o increíble’, como suele ocurrir con las aventuras y los hechos narrados en las fábulas o los seres imaginarios que allí suelen aparecer.

La palabra fabulosus ya existía en latín para calificar algo que era ‘objeto de muchas fábulas’, pero debemos tener en cuenta que, para los romanos, fabula significaba ‘habladuría, rumor, conversación de la gente’, como en la frase Per urbem fabula quanta fuit! (¡Lo que he dado que hablar en la ciudad!). En latín, fabulari significaba ‘hablar, conversar’, derivado de fari ‘hablar’, con origen en el indoeuropeo pha- ‘hablar’. Fabulari llegó al español como fablar y, más tarde, mediante el cambio de la f por h, se convirtió en nuestro actual hablar.

Pves que auemos y hablado delos dados lo mas complidamientre que pudiemos; queremos agora aqui fablar delas tablas. que como quier que ayan mester dados con que se iueguen que muestran uentura por que ellas se an de iogar cuerdamientre. (Alfonso X el Sabio: Libro de ajedrez, dados y tablas).

Sin embargo, el sentido de ‘relato ficticio con intención didáctica’ que damos a fábula en el español actual, también se vincula con el latín, puesto que en esta lengua, además de ‘habladuría’, significaba ‘cuento, o narración’. Corominas, no obstante, afirma que fábula es un duplicado culto de habla, registrado en el castellano del siglo XV, igual que fabuloso.

De La palabra del día, por Ricardo Soca

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15671007-the-monument-to-the-most-famous-russian-fabulist-ivan-krylov-in-the-old-park-summer-garden-st-peters-stock-photo

Monumento en homenaje a Iván Krylov en el Jardín de verano (1854-55), por Peter Klodt von Urgensburg.

Cuando entre socios no hay acuerdo
su asunto no ha de marchar bien,
y antes saldrá de allí un padecimiento.
–––––
Un cisne, un bagre y un cangrejo
a tirar de un carro se pusieron
y los tres juntos se engancharon de él;
¡Se afanan y se afanan mas el carro no marcha!
La carga para ellos no habría sido pesada:
pero es que el cisne tira hacia las nubes,
el cangrejo hacia atrás, y el bagre para el agua.
Quién de ellos es culpable, quién no lo es, no nos toca juzgar.
Sólo que el carro todavía está allá.

*Comediógrafo y poeta ruso. Nació en Moscú, el 13 de febrero de 1769, y falleció en San Petersburgo, el 21 de noviembre de 1844.

 

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el-gusano-y-la-arañaTrabajando un gusano su capullo,
la araña, que tejía a toda prisa,
de esta suerte le habló con falsa risa
muy propia de su orgullo: (más…)

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Una fábula acerca de la tolerancia, de Federico Mare.

Mi amigo Horacio Silva me relata los antecedentes de esta fábula:

El cuentito de los tunduques es de un gran amigo mío, Federico Mare. Él profesa ateísmo, y en las escuelas públicas de Mendoza aún hay crucifijos en las paredes, se celebran las Vírgenes, y esas cosas. Fede tiene una hija de 9 años que es muy vivaz e inteligente, y que en la escuela dice ante las autoridades y compañeritos lo que piensa de esos símbolos. El resultado es que los compañeritos se burlan de ella y la discriminan. Pero ella tiene una maestra que es muy sensible y se preocupa por ella, tratando de inculcar en la clase el respeto a las diferencias. Fue así como le pidió a Federico, en carácter de escritor y padre de la niña, que escribiera ese cuento.

LOS TRES TUNDUQUES AMIGOS

Hace mucho tiempo, en el valle de Uspallata, antes de que los huarpes se establecieran en él, vivían a la sombra de un algarrobal inmenso tres pequeños tunduques: Xumec, Llahuec y Tamari. Eran grandes amigos, y todos los días, cuando el sol comenzaba a esconderse por detrás de las montañas, salían de su madriguera y se reunían a orillas de un arroyo de aguas cristalinas a jugar y conversar. Cuando estaban juntos, el tiempo volaba como el viento; y cuando se hallaban separados, las horas transcurrían con la lentitud del caracol. Eran los animalitos más felices de todo el bosque, pues mucho era lo que se querían y nadie se divertía tanto como ellos. Hacía bastante tiempo que se conocían, y nunca habían tenido desacuerdos ni discusiones. Les gustaban los mismos juegos, las mismas aventuras, los mismos temas de conversación, las mismas historias de fantasía…

Pero una tarde, mientras merendaban al costado del arroyo, comenzaron a hablar de lo que cada uno creía acerca del valle en el que vivían, y de las plantas y animales que había en él. (más…)

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La Edad de Oro

Fábula nueva del filósofo norteamericano Emerson

La montaña y la ardilla
Tuvieron su querella:
—“¡Váyase usted allá, presumidilla!”,
Dijo con furia aquélla;
A lo que respondió la astuta ardilla:
—“Sí que es muy grande usted, muy grande y bella;
Mas de todas las cosas y estaciones
Hay que poner en junto la porciones,
Para formar, señora vocinglera,
Un año y una esfera.
Yo no sé que me ponga nadie tilde
Por ocupar un puesto tan humilde.

(más…)

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