Palpa y no palpa con talones de cristal
la cerámica repujada de oro,
la amante.
Danzan sus pies antes de tocar el catre
donde su amante la espera
cualquier miércoles por la tarde.
El ritual de desnudarla ha comenzado:
la blusa anaranjada,
el pantalón de palma de la amante
caen vencidos;
el resto delegan al deseo. (más…)