Por Rayma Elena Hernández

«La región no está viviendo una época de cambios, está viviendo verdaderamente un cambio de época», afirmó el presidente de Ecuador, Rafael Correa, en la Cumbre Social de Cochabamba, Bolivia. Y este 30 de septiembre, la intentona de golpe de Estado contra la Revolución Ciudadana que encabeza demostró que esa nueva época necesitará, aún, de muchos momentos de lucha.
Los de este jueves ocasionaron el derramamiento de sangre ecuatoriana, para convertir al 30 de septiembre en «un día de profunda tristeza», como lamentó Correa en su discurso desde la sede del Gobierno (Palacio de Carondelet), luego de ser liberado por el Ejército, que puso fin al secuestro de 12 horas en el Hospital Metropolitano de la Policía de Quito.
Era el final de una jornada que había sorprendido con titulares como estos: «Soldados toman la pista del aeropuerto de Quito y suspenden todos los vuelos por la protesta de policías» (Reuters/EP) y «Correa, atendido en el hospital por heridas sufridas en los disturbios». (Europa Press)
Noticias inverosímiles, como afirmaría en sus Reflexiones el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
Los policías sublevados protestaban contra la Ley de Servicio Público, que contempla la eliminación de bonificaciones… Pero cuando el propio Presidente, en el Regimiento 1 de la capital, les interroga sobre la legislación, varios de los amotinados confiesan no haberla leído nunca.
«Motín de policías», «demandas económicas», seguían diciendo los cables; sin embargo, el ministro de Finanzas, Patricio Rivera, explicaba con cifras la inconsistencia de esos argumentos: «[…] en el gobierno anterior, en el 2006, un policía ganaba 354 dólares y en la actualidad gana 792; un cabo segundo ganaba 458 dólares y hoy 868, es decir, solo en estos dos casos se registraron incrementos de 123 y 89,5 por ciento, respectivamente.» (Prensa Latina)
Sobrevino el secuestro, la movilización popular para rescatar a su presidente constitucional…, los disparos de la policía contra el pueblo: un muerto y más de cincuenta heridos…
La cadena pública ECTV trasmitía las imágenes, y para impedirlo, irrumpieron alrededor de 40 asaltantes, entre los que se encontraba Pablo Guerrero, ex abogado de Lucio Edwin Gutiérrez Borbúa, el ex presidente.
Sí, el coronel retirado Lucio Gutiérrez, que acostumbrado a jurar y perjurar, había dicho que nada tenía que ver con los sucesos. Por el contrario, a su ex defensor, las cámaras de la entrada del edificio de ECTV lo delataban.
Entonces, con más fuerza, los caminos de la revuelta condujeron al hombre que en su campaña electoral, en 2002, había prometido: lucha contra la corrupción, la injusticia social y la impunidad; contra la pobreza y el desempleo; por la seguridad social, alimentaria, ciudadana, ambiental y jurídica; por mejorar la competitividad; y por una reforma política y política internacional coherente, pragmática y nacionalista.
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