Documentos de la CIA desclasificados desde 1992 demuestran, junto a otras investigaciones, que el presidente John F. Kennedy fue víctima de un siniestro complot.
Pero los autores materiales e intelectuales supervivientes, aunque identificados por un Comité Especial Selecto del Congreso, siguen impunes, probablemente hasta que pasen 50 años del magnicidio, en este caso dentro de cinco años, en el 2013.
Los acusados de cometer el más famoso crimen del siglo XX, oficiales de la CIA, mafiosos italo-americanos y cubanos, y sus cómplices, políticos mayormente republicanos y empresarios inescrupulosos, han hecho la mayor parte del trabajo sucio del país durante más de 50 años. Han sido raíz y savia de los fraudes financieros y electorales, así como de los crímenes masivos e individuales que han caracterizado el altísimo grado de corrupción en la política de EE.UU. desde entonces, especialmente los sufridos universalmente bajo los gobiernos de la familia Bush, que tienen en crisis a ese gran país y al mundo.