(El presente trabajo es una versión reducida del prólogo que por encargo escribí para la antología de Antonio Hernández Pérez, titulada La poesía no se detiene. Editorial Ideas, de Santa Cruz de Tenerife, España, 2007).
I. Una voz fuera de contexto
1970. Una noticia sorprende a la comunidad literaria cubana: el premio de poesía Julián del Casal, convocado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, lo obtiene un autor casi desconocido. Se trata del mismo premio que tanta alharaca provocara, a propósito del galardón concedido a Fuera del juego, de Heberto Padilla, dos años antes. Como se conoce, la publicación de este último libro, con un prólogo reprobatorio de la institución organizadora del premio, constituyó la génesis del famoso «Caso Padilla», cuyos sucesos y debates más ásperos se concretaron en 1971 y tuvieron amplísima difusión en los medios de la época.
El poeta y el libro premiados, en el caso que ahora nos ocupa, eran Antonio Hernández Pérez (1909-1975) y De pronto sales con tu voz(1) respectivamente. El acontecimiento, rodeado de tantas connotaciones extraliterarias no merece, por la misma razón, pasar sin comentarios de la misma naturaleza, en aras de despejar el camino hacia los verdaderos valores de la obra de Hernández Pérez, centrados en su capacidad de evolución estética.
Por primera vez un poeta no residente en la capital del país se alza con tal premio. Es un autor de más de sesenta años, que solamente había publicado previamente un libro (Vientos sin pauta)(2), y se mueve por la provincia de Las Villas —a título de maestro— en los espacios no profesionales de los talleres literarios, fundados por el entonces Consejo Nacional de Cultura en 1967.