
La historia de la formación del infinitivo ser.
El verbo ser, o mejor, la forma de infinitivo de este verbo, tiene una historia curiosa, por ser fruto de la confluencia morfofonológica y semántica de dos verbos.
En el latín clásico existía el verbo esse ‘ser’, que en el bajo latín hispánico formó ĕssĕre, con el mismo significado. En los romances hispánicos, ĕssĕre cambió primero a essére , luego perdió la e inicial y apocopó la e final, convirtiéndose en ser. (más…)