Describe el estado caracterizado por falta de voluntad o por una disminución notable de su energía. Proviene del griego aboulia y este, de boulé ‘voluntad’, ‘deliberación’, ‘consejo’. En el año 507 antes de nuestra era, el legislador ateniense Clístenes creó un nuevo consejo deliberativo, en el que los atenienses expresaban su voluntad, que se llamó Boulé de los 500, y que un siglo más tarde inspiraría formación de la Asamblea (ekklesía) de todos los ciudadanos.
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ORIGEN DE LA PALABRA ABULIA
Posted in Cultura, Nuestra lengua española, tagged abulia, español, La palabra del día, Ricardo Soca, voluntad on 18 febrero, 2016| Leave a Comment »
VOLUNTAD. AMELIA ROSSI*
Posted in Pintura, Poesía, tagged Amelia Rossi, Argentina, Cuba, Fantasía cubana, Fidel Micó, Poesía, voluntad on 10 julio, 2012| Leave a Comment »
Buscaron de quebrantarme
de matarme sin piedad,
y como bandera al viento
volví de nuevo a flamear.
No saben que me engendraron
fuegos de eternidad,
cadenas de puño en alto
y gritos de libertad. (más…)
Hellen Keller, desafío de paciencia
Posted in Misceláneas, tagged Anne, Braille, ciega, de, Estados, físicas, Hellen, Kelle, La, libertad, limitaciones, medalla, muda, perseverancia, poetas, sorda, Sullivan, Unidos, voluntad on 3 noviembre, 2008| Leave a Comment »
Hellen Keller a los siete años.
Esta increíble mujer, muda, ciega y sorda, simboliza la perseverancia y la voluntad para vencer las limitaciones físicas
«Los grandes poetas son intérpretes de las cosas eternas. Es verdad que no puedo ver la luna, pero sé que está ahí».
Esto llegó a pensar y a escribir en su libro La historia de mi vida (Edamex, México, 12ma. edición, 28 noviembre, 2002) la infatigable y sabia mujer que hace muchos años era una niñita ciega y sordomuda que se debatía en la desesperación, buscando inútilmente una manera que le permitiera comunicarse con sus angustiados padres.
Helen Keller creció en medio de una infancia muy difícil y atemorizaba a sus familiares y amistades de la casa con gritos y alteraciones constantes, pero cuando cumplió seis años, su progenitora leyó un libro de Charles Dickens que contaba el increíble trabajo hecho con la niña Laura Bridman, también sordo-ciega.
Iry Green, la casa de los Keller.