Bajo el cielo de Bogotá, con el frío de su nostalgia, los besos tibios hormiguean como un fogón en llamas y un abrazo se hace más tierno arropando el sueño en un hombro cansado.
Bajo el cielo de Bogotá, brumoso como el lienzo de un Monet silencioso, caminaron y se inspiraron los poetas gloriosos. (más…)