Por Francisco A. Ramos García, José M. Dorta Suárez, Francisco R. Ramos Hernández
Socairos que no junian, Noroña
de sentimientos pal corazón.
El Chuchero Catalino. 1960
Más maldito que el diablo
Asere, la palabra más llevada y traída del lenguaje popular cubano en los últimos cincuenta años se ha consagrado. Ya no son los tiempos, bastante cercanos por cierto, en que a este sinónimo de amigo, socio, compadre, se le tachaba por los puristas de la lengua de: chabacano, marginal, de mal gusto, vulgar, lenguaje del atraso, etc. Tan maldito les resultaba que con objeto de denigrarlo hasta se le inventó un significado: conjunto de monos o conjunto de monos apestosos.
Pero el asere, tan maldito también a lo cubano, como si con él no fuera, se aparecía sin avisar en los sitios menos pensados, y cuando más confiados estaban los cuidadores del buen hablar, de pronto podían escuchar un ¡¡¡Aseeere!!!, dentro del saludo estrepitoso y lleno de júbilo entre dos amigos. Esto podía suceder no solo en la calle, sino también en el lobby del Palacio de Convenciones durante un congreso científico; el pórtico de una iglesia o el pasillo de una universidad. Lo mismo en La Habana que en Guaracabuya. El desquite era vetarlo dentro del lenguaje de los medios, y cuando apareciera dentro de una obra literaria, teatral, televisiva o musical, salvo muy raras excepciones, ponerlo en boca de los malos, los bandidos, los marginales. De este trato no escapó ni siquiera en el humor, basta para ello, sin ir muy atrás en la historia, consultar la portada del semanario humorístico Palante en una edición “Muy especial” contra el bloqueo perteneciente al año 2007, en ella aparece el presidente de los Estados Unidos sobre un dinosaurio, representativo del bloqueo, que le dice “¡Asere, de todos modos nos vamos a extinguir!”, o la semblanza aparecida en el mismo año y publicación en el número correspondiente a marzo con el título “Entre antisociales” y firmada por Betán, veamos:
—¡Pepe Virus, asere, tanto tiempo sin verte! ¿En qué andas?
—Ahí, Cheo Troyano, haciendo lo que se puede. Estoy pinchando en las guaguas.
—¡Buena pincha esa, asere!
—Sí, no me puedo quejar.
—Conociendo como te conozco, me imagino que debes estar sacando buena astilla de ese negocio, mi socio.
—Bueno no tanto como sacar buena astilla.
—¡A otro con esa historia, Pepe Virus, con tanta busca que hay en las guaguas! ¡Yo sé como es la onda de no dar el comprobante y embolsarse el dinero del pasaje o cobrar de más pa’ meter a alguien por la puerta de atrás y todo eso, asere!
—¡Oye, espérate, Cheo Troyano, que tú no has entendido la cosa!
—¡A quien vas a engañar, asere, si ya te dije que te conozco bien y sé la clase de bicho que eres!
—¡No, no, pero tú estás confundido!
—¡¿Confundido?! ¡¿Tú no me dijiste que estabas trabajando en las guaguas?!
—Sí, ¡pero nada más como carterista![1]
Partió el bate
Desde mediados del 2010 hacia acá el contexto ha cambiado, y no por esperado, dejó de asombrarnos cuando por la televisión nacional al anunciar el estreno de uno de los más recientes títulos de la filmografía del patio: Habanastation, se seleccionó la parte de este donde, en una escuela actual, un escolar le dice a otro: ¡Asere!, ¿tú nunca has juga’o play station? Ya con anterioridad, en la telenovela Añorado encuentro recordamos que la protagonista, una joven a la cual en su infancia llevaron a un país extranjero, regresa de visita a la Isla y cuando decide radicarse definitivamente en el país se lo comunica a sus amigos: “¡Me quedo en Cuba, aseres!”. Enfatizando en la pronunciación precisamente de la palabra que nos ocupa, como símbolo de identidad.
Esta presencia del asere no solo ha sido dentro del audiovisual, también ha llegado a la literatura en forma distinta a la habitual y por primera vez como título de un texto: en la Feria del Libro del 2011 se presentó El asere ilustrado, del escritor santaclareño Lorenzo Lunar, libro que narra las aventuras de un muchacho criado en un medio marginal y su empeño por sobresalir en la vida.
O a la música, donde en la canción Cubañolito, del popular grupo Buena Fe, estrenada en el 2010, el estribillo dice: Españolito / de «asere, que bolá», / o cubanito / de baja intensidad, para referirse a los cubanos que optan por tener además la ciudadanía española. Cuatro situaciones que demuestran el cambio y aceptación alcanzados en el uso del referido término.
Sé botó pa’l solar
El origen de esta mudanza de pareceres puede haber estado en las intensas controversias desarrolladas en torno al lenguaje culto vs. lenguaje popular a través de la historia de estos últimos años y donde el Asere siempre ha encabezado los debates, una ellas fue la iniciada en abril del 2009 por el mensuario de opinión y debate La Calle del Medio, en un artículo titulado “Asere ¿qué bolá?”, que al inicio plantea:
“Así se saludan hoy muchos cubanos. No todos, es cierto, pero muchos. Incluso ese ‘no todos’ podría incluir a otros tantos que quisieran hacerlo, pero reprimen el impulso —ese impulso, y disimiles impulsos más—, convencidos de que estaría mal ceder ante él.
“Y acaso, ¿está mal?
“Me gustaría conocer si existe una razón —una sola me bastaría si fuera sólida, profunda, contundente— que me convenciera de que está mal el uso de esos vocablos y de otros, presentes en el habla del cubano de hoy. Pero hablo de una razón de peso… no que me digan que es ‘chabacano’, o ‘de mal gusto’ cuando no algo peor, como decir que es ‘lenguaje sucio’[2]”.
Continuando con argumentos variados que avalan el uso del lenguaje popular como símbolo de idiosincrasia, de identidad, de resistencia y de cultura. El artículo recibió dos opiniones en los meses subsiguientes una en contra y otra a favor. Veamos cómo concluyen cada una de ellas:
“No se trata de ‘un ataque contra el habla de la gente común’, es sencillamente que debemos continuar en el empeño de hacer de Cuba uno de los países mas cultos del mundo. El uso apropiado del idioma es una de las formas de contribuir a ese noble objetivo”.[3]
“Se puede concluir que es muy cubano decir ‘asere ¿qué bolá?’, porque el español cubano es muy diferente y hay que comenzar a defender ese término e ir a las raíces de nuestra cubanidad”.[4]
La dicotomía observada donde lo mismo los que están a favor o en contra, consideran que su uso o no uso es necesario para salvaguardar ‘nuestro idioma’ es la que ha marcado las discusiones a través de los años. Pero el boom, en el caldeo de los ánimos en torno a la cuestión, vendría unos meses después, a mediados del 2010, al exhibirse por la televisión nacional la telenovela: Aquí estamos, donde asere, ambia, jeva, puro y otros cubanismos eran utilizados profusamente por los protagonistas: jóvenes habaneros de la Cuba actual, con nivel medio superior y más de escolaridad; varios, incluso, hijos de profesionales e intelectuales.
Hermanitos, hermanitos, por favor…
Tanta fue la confusión creada que hasta uno de nuestros más grandes intelectuales, el investigador, escritor, etnólogo y miembro de la Academia Cubana de la Lengua Española Miguel Barnet se sintió con necesidad de expresar su criterio en el diario de mayor circulación del país, criterio donde ofrece una detallada explicación de cómo surgió el español actual, su preocupación por cómo lo maltratamos a diario, y recordando que la lengua es también cultura e identidad, convoca a resolver entre todos la situación existente. Al referirse al tema que nos ocupa aboga por un equilibrio entre lo culto y lo popular, dignificar nuestra manera de hablar, de expresarnos:
“Nuestra variante cubana de la lengua española es un ajiaco donde se han mezclado, entre otras, lo español, lo indoantillano y lo africano de origen yoruba, bantú o carabalí, para hablar de solo tres fuentes lingüísticas africanas, ante las cuales también debemos asumir una posición objetiva, no vergonzante, ni discriminatoria. El vocablo ‘chévere’, cubanísimo, se usa hoy en muchísimos países de América, adonde llegó a través de la música cubana, sin embargo, en Cuba ya casi no se usa. Asere y ecobio, también de raíces africanas, se han extendido como formas de tratamiento, sobre todo la primera, entre nuestros jóvenes a partir de los años sesenta del pasado siglo. Su uso hoy es habitual en el vocabulario del cubano y no necesariamente del cubano marginal. Son aportes de otras lenguas que se han incorporado al español de Cuba y que forman parte de nuestra cultura. Palabras originadas en sistemas religiosos o sociedades de fraternidad y ayuda mutua como la Sociedad Abakuá, pero que han adquirido un nuevo valor semántico, según quienes la emplean y la intención con que lo hacen”.[5]
Viento en popa y a toda vela
Sin duda, estas palabras de Barnet soltaron las amarras y el asere pasó a ocupar, dentro del contexto nacional, el lugar donde lo hemos visto. Ya con anterioridad se había dado a conocer internacionalmente en el 2002 a través de la canción ¿Qué pasa?, del grupo cubano Orishas, la que acompañada de un excelente video ocupó primerísimos lugares en las principales listas musicales del mundo. La canción comienza: Pa mis consortes a mis moninas / Asere ¿Qué bolá?, y después se repite asere en varias oportunidades. También dentro del nombre del grupo musical danzario Ireme de Asere, especializado en la rumba, el referido vocablo ha recorrido el planeta. De su uso por autores extranjeros, para referirse a temas cubanos, puede servir de muestra la canción Puente, del guatemalteco Ricardo Arjona, estrenada en el 2010 y donde expresa: un cubano en Miami, tercera generación, / te habla de asere y consorte con la misma canción. Otro ejemplo en el ámbito musical es el del proyecto Habana Abierta, integrado por músicos cubanos residentes en la Isla y fuera de ella, con la canción Asere que bolá, del 2005, la mayoría de su música es hecha y distribuida en el exterior.[6] Por otra parte, como símbolo de identidad, es utilizado por varios blogueros cubanos en la emigración para nombrar sus sitios.
¿Por dónde le entra le agua al coco?
Hoy las opiniones están divididas, una afirma que asere proviene del lenguaje de los miembros de la sociedad Abakuá conocidos como ñañigos, hermandad secreta aún vigente y fundada en Cuba a finales de la primera mitad del siglo XIX por negros africanos esclavos y sus descendientes, traídos los primeros desde la región del Calabar y conocidos acá como carabalíes. Este criterio es compartido por Argelio Santiesteban en su El habla popular cubana de hoy, libro publicado en su segunda edición en 1985 y premio de la crítica en 1983, donde lo refiere como: Asere o Acere: Vocativo (forma de llamar a una persona), similar a consorte, monina y nagüe. Remitiendo su probable origen a la jerga abakuá, donde significa según él: Yo te saludo.[7]
Sin embargo, en las lenguas de los grupos mayoritarios de los carabalíes, el éfik y el ibibio, asere no tiene el significado de amigo: Es un saludo común proveniente de los sonidos esiere (éfik) y asiere (ibibio), empleado a la caída la tarde, por la noche.[8] Tampoco lo tiene en abakuá, donde significa: Yo saludo.[9]
La otra, se puede apreciar el Diccionario cubano de términos populares, de Carlos Paz Pérez: Asere, en la fecha que se edita el libro (1994), significa compañero, amigo; y apoyado en Anago, Vocabulario Lucumí. El yoruba que se habla en Cuba, libro de la investigadora Lidia Cabrera, publicado 1957, atribuye a este grupo africano de los yorubas la procedencia del vocablo que nos ocupa derivado de: aseré – loca, loco; asire – caballo; asiere – mal agradecido; asieré – bruto, estúpido,[10] o sea, tampoco en esa lengua tiene el significado actual.
De igual opinión al anterior es José Prado Caballos en su Breve manual de cubanismos (1994), donde manifiesta que la palabra proviene de la santería, nombre con que popularmente se conoce la religión de los yorubas en Cuba.[11]
¿Más viejo que Matusalén?
Varios investigadores en sus obras han reportado la presencia de asere dentro del lenguaje popular, uno de ellos, Samuel Feijóo, en su revista Signos número 32 correspondiente a 1984, dedicada en gran parte al habla popular cubana, encuentra asere como sinónimo de amigo en la jerga popular habanera de los setenta[12] y acere en la acepción de socio, mi socio, en dos ocasiones dentro de expresiones en Villaclara de la misma época,[13] e incluso la utiliza en una entrevista que le fuera realizada por el periódico provincial Vanguardia en noviembre de 1983. Al contestar a una pregunta responde: “Utilizando el lenguaje folklórico puedo decirle: Acere me lo pusiste diez metros atrás de China!”.[14] Ya con anterioridad en una de sus más divulgadas obras, Del piropo al dicharacho, 1981, el investigador había recogido la presencia de acere dentro de un saludo en la ciudad de Cienfuegos:
—¿Qué hay de nuevo?
—Na acere.[15]
Y en su vertiente afrocubana, aseré en un refrán de los negros cubanos ñañigos: “Aseré abasillaberemo ita maribá endié ecruloro /Cuando el sol sale, sale para todo el mundo”.[16]
En fin que, asere o acere en su significado de amigo o socio han estado presentes dentro del hablar popular del cubano en toda la isla en los últimos cincuenta años. La presencia más antigua en diccionarios o revistas especializadas referidas al habla popular cubana, con una acepción parecida a la actual, la hemos encontrado en 1961, donde según Concepción T. Alzola, ¡asombrémonos!… Asere significa amigo fiel.[17] ¿De donde habrá salido lo de la pandilla de monos posterior? No lo sabemos. Ahora, a los que lo difundieron con su significado actual sí podemos rastrearlos en nuestra historia.
¿Quién lo parió?
La pista al parecer más precisa en la búsqueda que realizamos la proporciona el costumbrista Guillermo Lagarde en su Desapolillando archivos, publicado en 1979. El libro consiste en la recopilación de varios artículos del autor publicados en el periódico Juventud Rebelde. En el trabajo titulado “Los últimos chucheros” afirma que: “‘Chuchero’ era por allá por la década de los 40, un tipo que vestía extravagantemente y que era, o por lo menos ellos estaban seguros de eso, el terror de las damas. Algo así como unos Casanovas redivivos, unos tenorios de nuevo cuño, verdaderos ases de la conquista amorosa, expertos en lances de Cupido…”[18]
“Además de aquella vestimenta irrevecunda, el ‘chuchero’ se distinguía de los demás en su manera de hablar. Su español era distinto. En otras palabras, ‘chamullaba’ en lengua propia, un español distinto al de Cervantes, una mezcla de caló, ñáñigo y patuá que le zumbaba el mango. Y entre ellos el parlamento tomaba caracteres altamente inusitados e interesantes para un filólogo. Veamos:
—Acere, o me envajiñas el parné o voy a tener que recordarte a la pureta”.[19]
Traducido quedaría: Socio, o me escondes el dinero o voy a tener que mentarte la madre.
Todo parece indicar que este grupo marginal (hoy tal vez lo llamaríamos pandilla o tribu urbana) surgido en los años cuarenta del pasado siglo ya utilizaba el acere con el significado actual, esto puede explicar muchas cosas en lo acontecido a la palabra motivo de este trabajo porque si el asere fue vetado y marginado, los chucheros lo han sido más.
¿Muerto el perro se acabó la rabia?
A pesar de figurar en 1953, en una nota, dentro de una obra de obligada consulta en temas del habla popular, el Pichardo novísimo o diccionario provincial casi razonado de vozes (sic) y frases cubanas, de Esteban Pichardo. Edición corregida y anotada por Esteban Rodríguez Herrera;[20] en ninguno de los tratados sobre lenguaje popular analizados con anterioridad[21] (con excepción de la Signos 32) se hace siquiera mención a ellos como grupo o tipo popular, simplemente no existieron.[22] En el texto de Lagarde analizado, el autor plantea que estos desaparecieron con el triunfo de la Revolución, porque no tenían cabida dentro de la nueva sociedad, sin embargo el artículo lo provoca un antiguo chuchero sobre el cual dos ancianos comentan: “aun conserva su camina’o de chuchero”.[23]
En la Signos número 32, a la que nos hemos referido con anterioridad, se muestra parte de un artículo de José Zacarías Tallet titulado “Dicharachos y voces populares cubanas de ayer”, escrito por solicitud de Feijóo para la revista. En él: “Chuchero. ‘Tipo de baja condición, que se caracteriza por el modo amanerado de vestir, aspaventoso y ridículo’, llamativo y estrafalario. Antecesor acaso de los hippies, hasta cierto punto”.[24] También lo da por desaparecido.
Otro investigador, Eduardo Robreño, no opina lo mismo y un poco más tarde, en 1985, al comentar sobre el teatro en Cuba manifiesta: Por el año 1940 apareció otro tipo que llegó a tener vigencia en el público, pero sin la educación e instrucción del “bruja”. Este personaje fue el “chuchero”, fácil de manejar en la escena y noble para hacer reír. También fue tomado desgraciadamente de la realidad imperante entonces. Con los nuevos tiempos revolucionarios está llamado a desaparecer, aunque en la calle nos los encontramos algunas veces. De este tipo ha hecho una genial creación el actor Carlos Moctezuma”.[25] (Recordemos el Ñico Rutina de San Nicolás del Peladero). Apoyando a Robreño tenemos varias conversaciones y frases recogidas en diferentes poblados de la región central en 1980 y publicadas por Samuel Feijóo donde se aprecia que el lenguaje chuchero todavía esta en plena vigencia.[26]
Lo cierto es que como grupo marginal los referidos chucheros nunca fueron bien vistos, ni antes ni después del 59, pues los apoderados de la cultura veían en ellos un ataque a sus sacrosantas y civilizadas bases. Ya en 1953 Esteban Rodríguez en su nota plantea: “Hoy decimos chucheros también a ciertos hombres, tipos callejeros de baja condición social que se significan por el modo de vestir amanerado, ridículo, con sombreros de alas muy anchas, pantalones de bajos muy estrechos, sacos exageradamente largos, etc., y de colores poco serios a veces”.[27] Ya en el proceso revolucionario, dadas sus características no compatibles con el mismo, había que destruirlos, atacarlos y desaparecer sus huellas.
Soy chuchero, soy popular
Sin embargo, surgidos en La Habana de los 40 y distribuidos por toda la isla, se mantuvieron por más de veinte años en el entorno cubano con plena participación llegando a penetrar con su lenguaje y vestimenta círculos estudiantiles y culturales sin distingo de clase social, imponiendo toda una moda en el hablar (no solo de los hombres, sino también de las mujeres) y el vestir, aspecto este último donde muchos músicos usaban su vestimenta, siendo tal vez Benny Moré el mayor exponente de la misma con sus pantalones, anchos arriba y estrechos abajo (tubo); saco largo parecido a un sobretodo con los bolsillos a la altura de la portañuela (fardo), sombrero alón de pajilla (istán) y zapatos a dos tonos (tacos). También usaron otros atributos como una plumilla en el sombrero alón (teja), tirantes en los pantalones, largas cadenas para el llavero o reloj (cordel), zapatos de tacón alto (tacos), bufandas, corbatas (pepino), camisas vistosas (lima), cuello alto (lata), camiseta (contralima); en un tiempo sus trajes fueron de color verde. Según las crónicas de época, eran gente joven, faranduleros, de academia de baile en academia de baile, trasnochadores y acompañantes de trovadores; alardosos, aguajosos, preferían conversar antes que dar pelea, mujeriegos empedernidos, negociantes natos con horror al trabajo.
Actualmente podemos consultar en una compilación realizada por Laidi Fernández de Juan en el 2010 bajo el título de Estampas (1941–1958) tres excelentes crónicas de Eladio Secades publicadas en Bohemia en 1941, 1943 y 1958 dedicadas a los chucheros: “El “‘chuchero’”, “Los ‘chucheros’” y “Señoritas chucheras”, respectivamente. Este autor sin dejar de catalogarlos como gente chusma no deja de advertir su popularidad y penetración en la sociedad de la época.
Caquita niño, eso no se dice, eso no se hace
Una vieja crónica de 1958 publicada en una revista de carácter educativo y que no por trágica deja de ser graciosa, nos da una visión sobre la controvertida popularidad y peligrosidad del chucherismo, en ella se cuenta cómo una joven maestra se acerca a un político en campaña y le dice:
“—Oiga, doctor, yo no sé nada de política; pero puede contar con mi voto y el de mi familia si me promete que el día que usted sea Presidente va a acabar con el ‘Chuchero” de la televisión’.[28]
Sorprendido el político ante tan inusual petición le pide a la maestra le explique el porqué de su fobia al referido personaje televisivo:
“Le contó —según el cronis— como entre sus pequeños alumnos de segundo grado se había desatado una epidemia de ‘chucherismo’ que estaba a punto de sacarla de sus casillas.”[29]
“A medida que se ahonda en la psicología del personaje que las inocentes criaturas pretendían remedar con gestos y palabras, se comprende perfectamente, hasta qué punto es de justificar la alarma de la joven maestra. Sin eufemismos, el ‘Chuchero’ constituye el antiurbano típico, escandaloso en el vestir y en el hablar, acérrimo enemigo del idioma, grosero irreverente… y pare usted de contar”.[30]
Continúa el articulista comentando sobre el papel de los medios de comunicación en la educación popular y la inusitada complacencia con que la televisión ha acogido al referido personaje y se explica a sí mismo:
“En realidad el ‘chuchero’ no es un aborto de la imaginación. Ni el autor ni el actor han tenido que esforzarse en crear, han copiado. Por eso el tipo pega entre la desaprensiva teleaudiencia, por eso mismo queda. El ‘chuchero’ vive, alienta entre nosotros. Se lo tropieza uno a cada paso, en la calle, en el cine, en el club, en dondequiera. El ‘chuchero’ hace ola… Es un error pensar, únicamente, en el ‘chuchero’ de pantalones y de veinte años. Existen, por igual, primaverales ‘chucheritas’, decrépitas ‘chucheras’, ‘chucheros’ calvos y hasta precoces y terribles ‘chucheritos’.”[31]
Alarmado con lo que está sucediendo el cronista manifiesta que hay que hacer algo pronto con respecto a la educación, la de la casa, la de las instituciones, la popular, porque si así no lo hacemos:
“porque la ceguedad o torpeza nos lo impide, pronto tendremos que acuñar un nuevo tipo de definición para esta isla: Cuba, diremos es una porción de tierra rodeada de ‘chucheros’ por todas partes”.[32]
Caliente, caliente
Feijóo, en la Signos 32, los recuerda en su “CHUCHERISMO”: “Por los años 40 llenó a Cuba la jerga ‘chuchera’. El ‘Chuchero’ surgió de los filmes donde aparecían raros personajes populares, de vestiduras extravagantes.[33] Después apoyado en la crónica Los Chucheros, de Secades, a la que hemos hecho referencia, los caracteriza y reproduce parte de su lenguaje: ‘La percha. El goce. La lea que se fila. Y que si puede se levanta. La gorda que está hereje. La risa de la tipa. Y el tranque de la vieja. El cigarro es prajo. La casa es el gao. Seducir a una mujer no es conquistarla, es mangarla con guillo. Sacar a bailar una señorita… es vacilarla en el fenómeno”.[34]
Para ilustrar su disertación inserta dos páginas de un diccionario ilustrado que publicara el semanario Zig-Zag a mediados de los años cincuenta. Reconoce además (y es uno de los pocos que lo ha hecho o él único): “el chucherismo creció, se desarrolló. Muchas voces de su jerga alimentan la Lengua Popular Cubana de hoy. Su desarrollo llegó a todas las clases sociales”.[35] Y para demostrarlo publica un microvocabulario chuchero de cerca de cincuenta términos donde asere… no aparece. ¿Fueron por fin los chucheros los padres del asere o no?
De casta le viene al galgo: El Chuchero Catalino
Motivados por el artículo de Feijóo, tratamos infructuosamente de encontrar más páginas del diccionario ilustrado de Zig-Zag, no encontramos ninguna colección de la época, sin embargo, en una correspondiente al año 60 sí aparece una interesante sección, sin firma de autor, con el nombre de: Catalino el chuchero, que se inicia a finales de abril y desaparece con el periódico en diciembre. Ya desde el mismo inicio se dejan claros los propósitos del personaje: “Ahora estoy legislando rebeldía con el chamullo del mancurray de Lepanto, ya está bueno de cotorrear en fisto, como hacen los galifas. Ahora hay que meterle de lleno al dialecto de sobrequicio”.[36] (Ahora estoy en guerra con el idioma de Cervantes. Ya está bueno de hablar fino, como lo hacen los españoles. Ahora hay que utilizar el lenguaje de la calle). En las diferentes entregas tendremos las aventuras y desventuras de un chuchero en tiempos de Revolución, narradas en su peculiar lenguaje.
Apático al proceso revolucionario que con sus leyes le cierra su forma de vida fácil en el negocio y el juego. Un típico pícaro celebra lo que lo beneficia como la rebaja de alquileres y trámite de propiedad de las viviendas decretadas por el gobierno. Poco a poco, en cada entrega, nos va contando de su vida: Se queja de la supresión de la lotería: “Si no le meto al acurrale vigueta antes que cante el encripo, consorte de la que pone, voy a cantar el manisero… ahora no puedo afanarme la bartavia con el narra de los chinos. ¡Pobrecito, quedó!…[37] (si no me pongo a trabajar antes que cante el gallo, me voy a morir… ya no puedo ganarme la vida con el chino de la charada.); lo mala que está la situación para él (la vida está como piedra; Catalino necesita con SOS un acurrale vigueta, sin mucha matraca ni jerigonza. Porque la timba está dura, y el negocio de bacán esta choteado), se considera un clásico pícaro (Catalino es hachero boloña, Catalino es cancha y tira cada rutina parriba del elemento de película), sus frecuentes conquistas (Cuando Catalino sintoniza el dialecto y le empuja el chamullo suave de sobrequicio a las jebas en el eriongo, la tipa se tanguea en la vereda porque le aboco) y chascos amorosos ( Y aunque confieso que hice un poco de cráneo con la tipa, cuando legislé que la pureta de la jebita era fú, le meti su cortiñan a la matraca), de lo lindo y gracioso que es (¡que por algo las jebitas me dicen “ojos brujos”; ¡Mamita, por qué yo seré tan bello!), su terror al matrimonio (confieso que soy bastante malangón pa eso del sacramento) y a la policía ( lo que hay que evitar a todo trance es la maraña, y legislar clarinete, pa no caer en controversia con la jara), su machismo (y es preferible vivir encanao, ante que aguantar las marañas de los andobas. Catalino es hombre macho), nos entera de su entorno: la fonda de chinos (la casa de socorros del narra) y la tienda del gallego (y menos mal que de vez en cuando le tumbo el fambeco al galifa de la esquina). Su respeto y/o miedo al gobierno (no puedo meter rutinas con la sinhueso, porque los socios son unos villanazos y ya tienen todas las rutinas de Catalino, a pupilo en el coco).
También se insertan proverbios y frases que contribuyen a darle colorido a la narración: Estás como el can del ecobio que acurrala con hortalizas “ni jamas ni dejas jamar”;[38] Cuando junies los pelos del mentón de tu consorte en licán, pasa los tuyos por agua.[39] ¿Qué importa que la socia esté de escopeta si ella porta divisas?[40] ¡Ay mamacita, porqué le pondrán bikines arriba a los monumentos![41] ¡Quedó en la página dos, vestido de pinotea![42] O la moraleja para las jovencitas que deseen divertirse en una fiesta: Cuando aplaceres en un cumban guarda a la pureta en el gao.[43]
En fin, “El chuchero Catalino” es todo un personaje muy bien logrado desde el punto de vista literario y psicológico e innovador en cuanto al uso del lenguaje, constituyendo hasta donde conocemos el texto más amplio y antiguo escrito en cubiche urbano. ¿Pero bueno y el asere?… Sí, aparece, no en las primeras entregas pero si ya en la décima, correspondiente al 2 de julio de 1960: “La malanga está amarilla, asere, y es más suave conseguir una perica de veinte almanaques, con un dúo de socairos verdes en la jeta, que un acurrale barín, para adiñarse la jama”.[44] Después va a estar presente en todos los demás números, en el próximo abre la narración: “Aseres, hay que legislar barín porque el Indio está empujando una licán fú sobre el esqueleto de los vates”,[45] e incluso, la vuelve a abrir dos entregas más tarde cuando el autor se ve precisado a incluir un diccionario chuchero-español porque: “El asere portorriqueño, Antonio Wilson metió el bato y sintonizó con Catalino, cotorreando que tiene tremendo chispeo arriba, porque las descargas que menda dispara en Zig-Zag están mamey, pero él no huele la bola y lo mismamente le pasa a otros andobas de Puerto Rico, ubicados en New York”.[46] Al final de la narración incluye un glosario donde aparecen en el siguiente orden: Asere, Andoba, Ecobio, Acoy, Cúmbila – Amigos. En los próximos números el glosario aparecerá solo en algunas ocasiones. También utiliza asere en compañía de otra palabra: Aseres del Pasquín – Políticos de antes del 59; Asere del jarro – trombonista.
Chirrín chirrán… Casi
Por lo tardío que aparece asere en las entregas del Chuchero Catalino, cuando ya prácticamente todo su vocabulario había sido expuesto y la importancia que se le otorga al colocarlo abriendo varias narraciones, consideramos que la palabra no debía ser muy popular todavía para ese entonces dentro del cubiche de la época, con anterioridad no tenemos ninguna otra referencia verificable sobre su uso.[47] Entonces, hasta nuevos hallazgos, Catalino tiene toda la paternidad sobre el famoso vocablo ¿y qué fue del susodicho personaje en esa controvertida historia de los chucheros? ¿Habrá emigrado o incorporado a las tareas de la naciente Revolución? En el último número conocido de Zig-Zag, el 24 de diciembre de 1960,[48] Catalino ya había pasado a ser toda una celebridad al estar anunciado incluso en la carátula del periódico: “El Chuchero Catalino. Una sección pletórica de interés, en la cual Catalino, se hace notar con su pintoresca manera de hablar a los lectores” (aparece regularmente en la página 3).[49] La entrega con las aventuras del personaje está en su forma habitual, sin embargo, en una de un poco antes se nota que duda, acorde con su personalidad y forma de pensar expresa su desacuerdo con el estado de cosas. Lo difícil de la situación para alguien como él, donde ya no puede ganarse la vida con sus mañas porque el gobierno se las sabe todas, se las adivinan, que por cobarde no se ha acercado a los adinerados yanquis, y entonces se la entiende con los del gobierno, que no sirven, porque no le queda otro remedio. Añora a los políticos de antes con los que se podía entrar en negocios, se queja de la emigración masiva de los antiguos ricos y de la pobreza de los que quedan:
“Catalino está en carne, monina… Y ya no pinta rutinas, porque los ecobios tienen el coco aviva’o y huelen la bola de lejos…”
“Confieso que a veces Catalino se siente un poquito malangón y no avanza parriba de los yonis que portan yira a burujón, como e. Y entonces legislo con los vates cacafuatas, que no se dejan tumbar del caballo, ni a tres tirones”.
“Ya no hay de aquellos boloñas “Aseres del Pasquín” a los cuales empujarles una transfusión de clavos de foso a foso. Y los que portaban patriotas de la liga grande, metieron el entomillo y no se les ve ni el coco: los que aplaceran en la vereda, si se les da la voltereta, no sueltan ni un par de clavos, de los fosos de la percha”.[50]
100 % cubano
Venga de donde venga asere, del abakuá, del yoruba o del español, recordemos que la lengua de Cervantes también tiene dos palabras muy parecidas: acera y acero; y el que ideó la palabra pudo estar pensando en los socios de la primera o en el amigo de una amistad tan perdurable como la del referido metal, aunque tal vez se le haya ocurrido a cualquier cubano de los muchos que habitamos la isla y simplemente pegó, pues según, el ya mítico Feijóo: “Es el individuo creador quien inventa las palabras y las hecha a volar por las calles. (Ese es nuestro caso, también, puesto que hemos inventado palabras, las hemos lanzado a la calle, y las hemos encontrado después…)”.[51] De cualquier forma es innegable que los chucheros, aunque haya sido en la parte final de su “Imperio Idiomático y modístico”, fueron los que lo popularizaron y le dieron el significado de amigo. Como también lo es que asere se haya ganado desde hace mucho la carta de ciudadanía cubana. Hoy es tan cubano como nuestras palmas reales y si alguien no quiere verlo así, le recomendamos: Ecobio, métale chirrín chirrán a los socairos, que como diría el ambia Catalino: ojos que no ven, corazón que no siente.
Chamullo de Catalino
Abocar: agradar, simpatizar, acercar. – Abuti: bueno, excelente. – Acoy: amigo, socio, hombre. – Adiñar: conseguir. -Afanar: robar, conseguir por malos manejos. -Afincar: coger. -Agiotismo: contagio. -Aldaba: tabaco. -Almanaque: Año. -Amarilla: mala. -Andoba: Amigo, socio, hombre. -Apiñar: Amontonar. – Aplacerar: acercar. -Aseres: amigos,socios, hombres; Aseres del pasquín: Políticos.
Bacán: vive bien. -Barín: bueno, excelente. -Bartavia: cosa, aparato. -Bato: mano. -Bea: peseta. -Bembetear: Hablar, discutir, conversar. –Bembo: Labio. -Bola: asunto; oler la bola: darse cuenta. -Boloña: viejo. -Burujón: en gran cantidad. – Bussines o business: negocio. -Bute: excelente. – Buti: excelente, en cantidad.
Cacafuaca o Cacafuata: inservible. -Cadenas: Esposas. -Caín: malo. -Caja de pinotea: ataúd. -Caja del pan: estomago. -Cajones de aire frio: aire acondicionado. -Cambalache: trueque; negocio turbio. -Campanear: trajinar. -Cancha: vivaz, bárbaro. -Carne: estar en la: sin dinero. -Casa de socorros: tienda, fonda, merendero. -Cascabeles: alegría. -Cate: golpe. -Catrera: Catre. -Chágara: navaja. Cuchilla. -Chamas: niños, hijos. -Chamullar: hablar, conversar; chamullo de sobrequicio: lenguaje de la calle. – Chetín: cigarro. -Chéveres: bueno, excelente. -China: boba. -Chirrín chirrán: cerrar, acabar. -Chispéo: molestia. -Chuchero: dialecto, personaje popular. -Clarinete: claro. -Clavo: kilo. -Coco: Cabeza. -Consorte: amigo, hombre, socio. – Contralima: camiseta. -Coquero: un peso. -Cordas: hermanas. -Cordel: Cadena. -Cotorrear: hablar, conversar, chismear; cotorreo verdura: discurso oficial. -Cráneo: cerebro. Hacer cráneo: ilusionarse, imaginarse. – Cranque: incitar, provocar. -Cúmbila: amigo, socio, hombre. -Curda: Borracho. -Curra: Hombre, socio.
Darse vitrina: exhibirse. -Desencolado: desarmado. -Disco: discurso.
Ecobia: amiga, mujer, socia. -Ecobio: amigo, hombre, socio. -Elemento: gente, persona, funcionario. -Emboque: prisión. -Empaque: catadura. – Empiños: dientes. -Encanao: preso. -Encripo: pollo, gallo. – Encufo: habitación, casa.- Encurda: borracho. -Engrampar: conseguir. -Ensillarse: sentarse. – Entomillo: pie, tobillo. -Entufe: loco. -Enyugar: juntar. -Enyugue: Cuchillo. – Eriongos: oídos. -Erizo: erizarse, ponerse Inaccesible. -Escache: fracaso. -Esqueleto: cuerpo.
Fambeco: pan. -Fardo: traje. -Farra: fiesta. – Fiana: policía. -Fisto: fino, atildado, elegante. -Foco: ojo. -Foso: bolsillo. – Frankestein: franqueza. – Frigidaire: frío. – Fú: Malo.
Galifa: español, gallego. -Gancho: brazo.- Gange: anillo.- Gao: casa.
Habanecue: Habana. -Hachero: pícaro, mañoso, camaján. -Hierro: pistola, revolver.
Indio: sol. – Istán: sombrero de pajilla.
Jacarandosa: contenta. -Jama: comida. -Jara: policía. -Jarro: saxofón. – Jeba: muchacha, novia, mujer. – Jeta: cara. – Juniar: ver, mirar. – Jutío: cobarde.
Laburo: trabajo. -Lata: cuello. -Latería: baratijas, joyas de fantasía. -Latines: sermones. -Lea: mujer. -Legislar: entender, ingeniar, calcular. – Leitas: muchachas. – Licán: candela. -Lima: Camisa. -Llantén: llanto.
Malanga: situación, cosa. -Malangón: cobarde. -Maleva: mujer poco agraciada. -Mamey: Bueno, excelente. -Mancomunada: unida. -Mancurray de Lepanto: Cervantes, idioma español. -Mangaba: Presumía, Timaba. -Maraña: dificultad. -Matraca: Problema, insistencia, idea obsesiva. -Mazamorra: Hospital de Mazorra. -Menda: yo. -Mercar: comprar, cambiar. -Monina: amigo, hombre. – Monumento: mujer vistosa. -Moña: lio. – Moropo: cabeza. -Muelle: colchón. -Mui: boca.
Narra de los bichos: chino de la charada. -Narra: chino. -Nena: muchacha, mujer. -Niche: negro. -Niño de los listones: carpintero. -Noroña: no. -Ñaero: puerco, cerdo.
Ocambo: viejo. -Oficial: afirmación rotunda. -Oler la bola: darse cuenta.
Paganismo: gastos. -Parlé: en unión. -Parrilla: cama. -Pastorita: Bonos de la lotería del instituto de la vivienda. -Patriotas: billetes, dinero. -Pedro y Pablo: pico y pala.-Pepino: corbata. -Percha: ropa. -Perica: mujer, muchacha. -Pinotea: madera. -Piña: rencor. -Pirreli: pies. -Pitencito: juego. -Poliche: vendedor de baratijas, mago, policía. -Ponía dura la parte: se aferraba. -Pureta: cuarentona, madre.
Quedar en la página dos: morirse. -Quile: mucho.
Rendir: dormir. -Rindiendo: durmiendo. -Ruedita: botón. -Rufa: guagua. – Rutina: forma de comportamiento.
Sacramento: Matrimonio. – Sangurián: paganini, que mantiene a alguien, que fía dinero. -Saxofón: jarro. -Sinhueso: lengua. -Sirique: si. – Sobrequicio: calle, acera, esquina. -Socairos: ojos. -Sordina: bajo tono, secreto. -SOS: señal de auxilio.
Tacos: Zapatos. -Talego: cárcel. -Tangueó: Vaciló. -Teja con pluma: sombrero. -Timba: situación: juego. -Traje de pinotea: caja de muerto, ataúd. -Tralla: cadena. -Tumbar: Ganar con engaño.
Umón: agua. – Umón niche: café.
Vate de la sotana: cura. -Vate de los pasquines: políticos. -Vate: hombre. -Verde: campo. -Vereda: calle, camino, entorno. -Vigueta: tremendo, duro, fuerte. -Volina. Sin control.
Yerta: cerveza fría. -Yira: dinero. -Yonis: americanos, yanquis.
Una versión del presente artículo con el título de “¡Asere!” fue publicado por la revista Signos No. 64 en el año 2012. Otra con el título de “Asere: la palabra maldita” se presentó fuera de concurso en el evento ¿Piensas ya en el humor?, dentro de las actividades dentro del festival nacional del humor Aquelarre 2013, por Francisco A. Ramos y Francisco Rolando Ramos Hernández. La presente es un regalo especial para las lectoras y lectores de VerbiClara.
Santa Clara, julio de 2015
[1] Betán: Entre Antisociales. Semanario Palante. Año 46. Número 3. Pág. 5. Las negritas son nuestras.
[2] Ernesto Pérez Castillo: Asere ¿qué bolá? En La Calle del Medio. Publicación mensual de Opinión y Debate. Sección Sociedad. Número 12. abril 2009. Pag.4
[3]René Rodríguez Núñez: En La Calle del Medio. Publicación mensual de Opinión y Debate. Sección: Los Lectores Opinan. Número 13. Mayo 2009. Pag.14.
[4] Luis el Nuevo Cangry: En La Calle del Medio. Publicación mensual de Opinión y Debate. Sección: Los Lectores Opinan. Número 14. junio 2009. Pag.15.
[5] Barnet, Miguel: Granma “La lengua que Hablamos”. Viernes 20 de agosto de 2010. Año 46. Número 198.Pag. 4. El subrayado es nuestro. También se puede consultar en la obra del mismo autor “La fuente viva” Editora Abril. La Habana 2012. Pág. 361.
[6] Con anterioridad a los ejemplos expuestos no hemos podido comprobar la utilización de asere en el ámbito musical cubano. En el reciente y documentado libro de las investigadoras Natalia Bolívar Aróstegui y Zoila Lapique Becali titulado “NKORI. Vocablos africanos en la música cubana” Letras Cubanas 2011, donde las autoras realizan un recorrido por la música cubana desde la colonia hasta mediados de los noventa del siglo pasado, no aparece asere como utilizado en las composiciones analizadas
[7] Argelio Santiesteban: El Habla Popular Cubana de Hoy. Editorial de Ciencias Sociales. Ciudad de la Habana. 1985. Segunda edición. Pág. 54.
[8] Ivor L. Miller: “Cantos Abakuá Cubanos” en Revista Catauro. Fundación Fernando Ortiz Año 8. No 15. 2007. Pág.20.
[9] Ivor L. Miller: “Cantos Abakuá Cubanos” en Revista Catauro. Fundación Fernando Ortiz. Año 8. No 15. 2007. Pág.19.
[10] Carlos Paz Pérez: Diccionario Cubano de Términos Populares. Editorial Ciencias Sociales, La Habana. 1994. Pág. 63. Ver también: Lidia Cabrera “Anagó. Vocabulario Lucumí. El Yoruba que se habla en Cuba” Ediciones C. R. La Habana 1957. Pág. 35 – 36.
[11] José Prado Caballos: “Breve Manual de Cubanismos” Publicigraf. La Habana. 1994.
[12] Samuel Feijoo: Signos No 32. Ministerio de Cultura. Biblioteca Martí. Santa Clara. 1984. Pág. 180.
[13] Samuel Feijoo: Signos No 32. Ministerio de Cultura. Biblioteca Martí. Santa Clara. 1984. Pág. 164 y 165.
[14] Samuel Feijoo: Signos No 32. Ministerio de Cultura. Biblioteca Martí. Santa Clara. 1984. Pág. 277.
[15] Samuel Feijoo: “Del Piropo al Dicharacho” Editorial Letras Cubanas. Ciudad de la Habana. 1981. Pág. 164
[16] Samuel Feijoo: “Del Piropo al Dicharacho” Editorial Letras Cubanas. Ciudad de la Habana. 1981. Pág. 22
[17] Concepción T. Alzola: Habla Popular Cubana en Actas del Folklore, boletín mensual del Centro de Estudios del Folklore del TNC. Año 1. Oct, nov, dic. Números 10 – 11 -12. La Habana. 1961. Pág. 335. Asere tampoco aparece en las obras de Ortiz: “Glosario de Afronegrismos “. 1924; “Un catauro de cubanismos”. 1923; Nuevo Catauro de Cubanismos”. 1974. Ni en “Léxico mayor de Cuba” .1959 de Esteban Rodríguez Herrera.
[18] Guillermo Lagarde: Desapolillando Archivos. Editorial Letras Cubanas. 1979. Pág. 282
[19] Guillermo Lagarde: Desapolillando Archivos. Editorial Letras Cubanas. 1979. Pág. 283
[20] Esteban Pichardo: Pichardo novísimo o diccionario provincial casi razonado de vozes (sic) y frases cubanas. Editorial Selecta. La Habana. Pág. 253
[21] Tampoco aparece en el libro de Fernando Ortiz: Nuevo Catauro de Cubanismos”. Editoras Ciencias Sociales. La Habana. 1974.
[22] Muchos para hacerle comprender a las nuevas generaciones, como en el caso de Sonnia Mora manifiestan: “…un «chuchero», alguien en esencia muy parecido a los actuales «aseres».” Ver el libro de la autora: Nostalgias de una habanera del Cerro. Ediciones La Memoria. La Habana. 2004. Pág. 117. También ya a mediados de los ochenta asere parece haber suplantado a los chucheros en la denominación de los que usaban el lenguaje popular y vestir de forma diferente, en la compilación de Mirta Rodríguez Calderón titulada “Hablar sobre el Hablar” publicado por la editorial Ciencias Sociales en 1985, en un trabajo titulado “Cosquillitas a los aseres” del periodista Alexis Schlachter plantea: “Para bien o para mal, la televisión crea <<héroes>>, y debemos ser más exigentes a la hora que alguien lo sea por la pequeña pantalla. Ese poder no se le puede entregar a los <<aseres>> ¿quieren algo más chabacano y contrario a la moral socialista que aquella cancioncita titulada Ese Atrevimiento? ¡Ahí no hacen falta encuestas periodísticas para determinar que la letra es machista al cien por ciento. Sin embargo, los Iraquere la gritaron hasta desgañitarse por radio y televisión. Otro caso es Tiburón. Utiliza sombreros de importación y no se los quita cuando el público lo aplaude… Claro que la cosa no se circunscribe al sombrero de los <<aseres>>, los cantantes de esa <<onda>> llevan también camisas abiertas y, de paso, muestran en sus <<cuellitos>> cadenas de oro (made in…) o <<monos>> deportivos de la marca… Pág. 143 – 145. Tomado de Liliana Castañeda “Elige tú que canto yo” La Calle del Medio. Publicación mensual de Opinión y Debate. Número 49. Mayo 2012. Pag.11.
[23] Guillermo Lagarde: Desapolillando Archivos. Editorial Letras Cubanas. 1979. Pág. 284
[24] José Zacarías Tallet. En Vocabulario de Tallet. Signos No 32. Ministerio de Cultura. Biblioteca Martí. Santa Clara. 1984. Pág. 143.
[25] Eduardo Robreño: Como lo pienso lo digo. Colección Manjuarí. UNEAC. 1985. Pág. 183
[26] Samuel Feijoo: Signos No 32. Ministerio de Cultura. Biblioteca Martí. Santa Clara. 1984. Pág. 161 – 181.
[27] Esteban Rodríguez: En “chuchero”, nota dentro del “Pichardo novísimo o diccionario provincial casi razonado de vozes (sic) y frases cubanas. Editorial Selecta. La Habana.1953. Pág. 253
[28] Jiménez, José F.: “CHUCHERISMO” en Superación Rural. Año XIII. Camagüey. Enero de 1958. Pág. 16.
[29] Jiménez, José F.: “CHUCHERISMO” en Superación Rural. Año XIII. Camagüey. Enero de 1958. Pág. 16.
[30] Jiménez, José F.: “CHUCHERISMO” en Superación Rural. Año XIII. Camagüey. Enero de 1958. Pág. 16.
[31] Jiménez, José F.: “CHUCHERISMO” en Superación Rural. Año XIII. Camagüey. Enero de 1958. Pág. 16 y 18
[32] Jiménez, José F.: “CHUCHERISMO” en Superación Rural. Año XIII. Camagüey. Enero de 1958. Pág. 18. Todo parece indicar que el personaje televisivo que provoca la crónica era interpretado por Carlos Monctezuma, al cual según la misma revista (Página 5) se le había conferido el trofeo CARTV del año 1957 como mejor actor cómico por la Asociación de Críticos de Radio y Televisión.
[33] Samuel Feijoo: “Chucherismo” en Signos No 32. Ministerio de Cultura. Biblioteca Martí. Santa Clara. 1984. Pág. 153. En cuanto a las películas Feijóo debe referirse a las del mejicano Germán Valdés (Tin Tan) quien vestía a la moda de los Pachucos, grupo urbano este último surgido en México por los años veinte y con muchas características similares a las de los Chucheros cubanos, usaban una vestimenta muy parecida y también tenían un lenguaje peculiar, se dice que fueron los creadores del spanglish. En cuanto a la Jerga chuchera opinamos estuvo influenciada por la difusión que tenían en esa época las palabras de origen africano a través de la música y la labor promocional de Fernando Ortiz así como también al arribo masivo de gitanos europeos a La Habana, primero huyendo de la guerra civil española y después de la segunda guerra mundial.
[34] Samuel Feijoo: “Chucherismo” en Signos No 32. Ministerio de Cultura. Biblioteca Martí. Santa Clara. 1984. Pág. 153. Y también en Eladio Secades : Estampas (1941- 1958) Ediciones Unión. Ciudad de la Habana. 2010 Pág. 81, existe una edición anterior del 2004.
[35] Samuel Feijoo: “Chucherismo” en Signos No 32. Ministerio de Cultura. Biblioteca Martí. Santa Clara. 1984. Pág. 157
[36] Zig-Zag: La habana 30 de abril de 1960. Año XXII. No 1117. Editora Zig-Zag SA. Pág. 9
[37] Zig-Zag: La Habana 7 de mayo de 1960. Año XXII. No 1118. Editora Zig-Zag SA. Pág. 3
[38] Zig-Zag: La Habana 3 de septiembre de 1960. Año XXII. No 1135. Editora Zig-Zag SA. Pág. 3
[39] Zig-Zag: La Habana 6 de agosto de 1960. Año XXII. No 1131. Editora Zig-Zag SA. Pág. 3
[40] Zig-Zag: La Habana 27 de agosto de 1960. Año XXII. No 1134. Editora Zig-Zag SA. Pág. 3
[41] Zig-Zag: La Habana 9 de julio de 1960. Año XXII. No 1127. Editora Zig-Zag SA. Pág. 3
[42] Zig-Zag: La Habana 30 de abril de 1960. Año XXII. No 1117. Editora Zig-Zag SA. Pág. 3
[43] Zig-Zag: La Habana 24 de diciembre 1960. Año XXII. No 1151. Editora Zig-Zag SA. Pág. 3.
[44] Zig-Zag: La Habana 2 de julio 1960. Año XXII. No 1126. Editora Zig-Zag SA. Pág. 3
[45] Zig-Zag: La Habana 9 de julio 1960. Año XXII. No 1127. Editora Zig-Zag SA. Pág. 3
[46] Zig-Zag: La Habana 23 de julio 1960. Año XXII. No 1129. Editora Zig-Zag SA. Pág. 3.
[47] El investigador Tato Quiñones en su articulo: <De lo vulgar y popular del habla cubana. Qué bolá asere. Asere se escribe con “S”> de consulta en http://alocubano.com/cubano_vulgar.htm, plantea al respecto, también situándolo por esta época o un poco antes: En cuanto a asere, hay que decir, además, que su uso entre nosotros no es tan nuevo como podría suponerse. Hace más de cincuenta años, el contrabajista, compositor y director de orquesta matancero Estanislao Serviá, autor del célebre «Chévere ma cunchévere», compuso un danzón al que tituló «Asere Cipriano» .En la década de los cincuenta, los bailadores de la barriada habanera de Los Sitios organizaban una fiesta anual en los jardines de la cervecería «La Tropical», a la que llamaban «Los Sitios Asere». No dudamos de estos datos, pero no hemos podido verificarlos.
[48] Recientemente nos enteramos de que el último número fue el del 31 de diciembre pero no hemos podido consultarlo.
[49] Zig-Zag : La Habana 24 de diciembre 1960. Año XXII. No 1151. Editora Zig-Zag SA. Pág. 1. La portada bajo el titular de “No somos nada” presenta a un guanajo y un cerdo llorosos y abrazados. Y la frase sería profética (o intencionada, hablamos de humoristas), ya Zig-Zag en Cuba no volvería a aparecer al emigrar su dueño. Dentro del ejemplar no hay nada que haga presumir la desaparición del mismo. Después salió en Miami (1963) con el título de Zig-Zag Libre, pero de esa etapa no hemos podido consultar ningún ejemplar.
[50] Zig-Zag : La Habana 24 de septiembre de 1960. Año XXII. No 1151. Editora Zig-Zag SA. Pág. 1.
[51] Samuel Feijoo: “Lengua cubana actual: vocabulario” en Signos No 32. Ministerio de Cultura. Biblioteca Martí. Santa Clara. 1984. Pág. 170.
Desde que llegué a la isla, por primera vez, en 1980, «‘¡Qué volá asere'», fue la expresión más genuina y habitual que escuchaba por boca de decenas de personas, aunque mayoritariamente masculinas, no menos de veinte veces al día.
No dejé de visitar Cuba, cada año, dos o tres veces, hasta que tuve el honor de trabajar para el Mincult en un centro de poesía y música tradicional y residí en La Habana desde 2003 a 2010. He regresado en 2011, 2014, 2018 y 2019.
Volveré en Octubre de este año y siempre que encuentro a mis muchos amigos, sea en la capital, en Cienfuegos, en Morón, en Santiago, Pinar del Río o Santa Fé, soy el primero que grita de alegría: «¡Qué volá, asere!», porque soy un cubañol empedernido.
Enhorabuena por este artículo, que guardo con mimo, como todos los cientos de libros que llenan en España mi biblioteca.
Gracias por ese trabajo y por seguir dando ejemplo al mundo entero.
Buenas tardes. Gracias por su comentario. El trabajo no es mío, sino de unos amigos santaclareños. Por cierto, mi ciudad cumplirá el lunes 330 años de fundada. Sé quién es. Hace tiempo vi trabajos suyos en Cubadebate, pero ya no escribe allí. Me alegra saber que le gusta la expresión: «¡Qué volá, asere». Así que cuando regrese, espero que sus amigos lo reciban de esa forma. Saludos cordiales