Santa Clara, 10 de mayo de 2011
Estimados amigos:
La tierra de la promoción cultural es tan inestable que puede producirse un terremoto en el momento menos esperado. Mucho antes de las 9 de la noche del 9 de mayo, todo estuvo preparado para encontrarnos, con el dramaturgo y director teatral Roberto Orihuela como invitado, en la revista cultural «viva» Écfrasis,* que se realiza en el Museo de Artes Decorativas cada segundo lunes del mes. Ustedes lo saben bien porque recibieron el sumario donde los invitábamos. Además de eso, por vez primera se divulgó en cartelera (en el Museo y en la librería Pepe Medina) lo que iba a suceder; Hilda Cárdenas lo dijo en la CMHW, y, por si fuera poco, apareció la nota en el periódico Vanguardia del pasado sábado; además de la meticulosa información «persona a persona», que doy todos los días a cuantos conocidos encuentro por la calle.
Pese a todo, a las 9 del 9 —¿será fatídico el número?— sólo había, aparte del sonidista, el invitado y yo, ¡cuatro personas!, y de ellas, una estudiante que se encontraba allí para cumplir con una tarea de su carrera. Y ahora me pregunto: ¿En qué fallamos? Si mi invitado es una personalidad de la cultura, con méritos artísticos suficientes como para desear escucharle sus experiencias y sus textos.
¿Es que la revista resulta aburrida? Tal vez, pero trato de hacerla lo más variada y amena posible, incluso se dan premios (que salen de nuestros bolsillos) —esta vez se otorgaron dos ejemplares de Fabio y otras obras teatrales, firmados por el autor— a quienes respondan preguntas relacionadas con el tema de la noche. Seguramente, pienso, nos hace falta la música en vivo; pero, desdichadamente, el presupuesto es exiguo y a los músicos hay que pagarles bien, así que a veces empleamos grabaciones. Sin embargo, cuando esto sucede, se escogen bien los temas; esta vez empleamos piezas musicales de las obras teatrales de Roberto Orihuela, pero también un excelente CD de Lázaro García. Sin embargo, sólo había —aparte del sonidista, el invitado y yo— ¡cuatro personas!
A estas alturas ya pensarán que se suspendió la actividad; pues no se suspendió: ni los cuatro asistentes, ni los tres que estábamos trabajando, lo merecíamos. Comenzamos a las 9:30 y estuvimos conversando de teatro, en una tertulia familiar y sin tensiones, hasta las 11:00, lo que no puede suceder cuando hay más público.
Hoy, en su espacio de la «Radio Revista W», el periodista Aldo Isidrón del Valle habló del homenaje que se le hizo anoche a Roberto Orihuela, y ciertamente fue un homenaje a su trayectoria, dentro del arte y de la vida social, aunque sólo se lo hayamos rendido seis personas. Quienes no asistieron, sencillamente, se lo perdieron.
Por ahora, dejo que cada quien «saque sus propias conclusiones». Por mi parte, prometo que Écfrasis va a continuar edificando, aunque el terreno sea movedizo; trataremos de hallar medios atractivos para el público, porque, si bien es cierto que algunas personas que residen lejos no pueden asistir, el Parque y sus alrededores se encuentra lleno de otras que el lunes por la noche necesitan de una opción verdaderamente cultural (no sólo de reguetón y telenovelas vive el hombre).
Perdonen la catarsis, pero a veces hace falta pensar colectivamente en los fenómenos que ocurren dentro de la vida cultural de nuestra ciudad. Acepto cuanta crítica y sugerencia quieran ofrecer para que el edificio no se nos derrumbe. Con mis sinceros afectos,
Mariana E. Pérez Pérez
* Écfrasis: «La écfrasis es la representación, por medio del lenguaje articulado, de una obra plástica: cuadro, escultura, moneda, dibujo, bordado, edificio. Un texto de tema plástico». Fuente: Huerta, David, «Aguas aéreas: la poesía de las imágenes», Revista de la Universidad de México, 46huerta.pdf.
Deja una respuesta