La eternidad mece, ondula,
abre de par en par su túnica de viento;
en el espacio de su seno esplende
una constelación de luz acumulada.
El Padre la detiene. Un instante
mete su mano turbulenta hasta la entraña
y la abre sobre la piel del mundo.
Un alud de semillas caen, parpadeando.
Se fecunda la tierra. Cada segundo se fecunda.
El hombre entra a la prisión de su cuerpo
doblada la cerviz
y vuelve a tirar de sí, uncido al yugo de la vida,
hasta que aspira el Padre
y volvemos al seno de la Madre.
Enriqueta Ochoa, poetisa mexicana. Creó Los himnos del ciego, Cartas para el hermano y Bajo el oro pequeño de los trigos. Su obra fue leída en inglés, francés, alemán y japonés. En mayo de 2008 recibió un homenaje en el Palacio de Bellas Artes. Desde 1994 se estableció en su honor el Premio Nacional de Poesía “Enriqueta Ochoa”.
Fuente de la poesía: Poesía Breve
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